¿Una nueva era? Fertilizantes orgánicos sustentables y minerales.

Por: Diana Patricia Agatón Osorio, Médica Veterinaria ULS.

Asesor Técnico Comercial Hortiorganic (Humus) 

Actualmente a nivel mundial, se viene presentando la nueva tendencia de los abonos orgánicos, como aliados de una agricultura sostenible. ¿Una nueva era? En realidad, siempre ha hecho parte de nuestra naturaleza, en donde la variación del comportamiento climático de nuestro país y las situaciones económicas y políticas a nivel mundial que han generado problemas en el suministro y producción de abonos minerales, han llevado al aumento de los costos direccionando nuestra mirada a estas nuevas alternativas, que generan un equilibrio importante en la sostenibilidad de nuestro planeta.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), resaltan dentro de las ventajas de las materias orgánicas su protección de la fertilidad de los suelos y la biodiversidad, considerándolas una herramienta básica para los cultivos sostenibles (BBVA, 2024)

Los modelos de fertilización orgánica empezaron a tener alta aceptación posterior al año 2021, en donde permitieron a los agricultores recuperar y utilizar nutrientes ya existentes, garantizando que los suelos recibieran sus requerimientos nutricionales de forma más precisa, más eficiente, de manera que contribuyera con el rendimiento de las cosechas, claramente de la mano con la fertilización mineral, la cual no puede faltar y cuya sinergia llevan a la implementación de una  economía circular dentro de la agricultura.

Es por esto que empresas como Hortiorganic inician el liderazgo en la producción de materias orgánicas especializadas de la mano de un acompañamiento técnico capacitado y eficiente, que ha logrado guiar al productor por el camino de la adecuada implementación de estas nuevas alternativas para el mejoramiento de los suelos y equilibrio de la ecuación entre la producción y el medio ambiente.

En el caso particular de la producción lechera de nuestro país en pastoreo, se presenta varias etapas importantes que van desde el crecimiento de las plantas hasta obtener el producto final. Dentro de estas etapas es importante resaltar 1. el crecimiento de la planta 2. la utilización del forraje producido y 3. La conversión del forraje consumido a producto final. (Da Silva 2010). En búsqueda de lograr el crecimiento optimo de la planta se debe tener en cuenta los requerimientos necesarios por parte de ellas: encontrando como elementos importantes el oxígeno, dióxido de carbono, agua, luz, nutrientes minerales y orgánicos.

Dentro de los nutrientes minerales se encuentran los macro minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio) y los micro minerales (zinc, boro, molibdeno, manganeso, silicio y cobre). Mucho de este oxígeno y carbono requerido se logra a través de la incorporación que se realiza a los suelos por medio de los microorganismos implementados en el material orgánico especializado. Al realizar la sinergia de la fertilización mineral con la orgánica, en este caso específico el humus sólido y el humus líquido, ha permitido lograr varios beneficios en el suelo y la pradera. Entre ellos 1. La activación en la capacidad de intercambio catiónico y con ella la disponibilidad de los macro y micro minerales, 2. El mejoramiento de la estructura de los suelos que contribuye con la oxigenación de las raíces 3. La regulación de la alimentación de las plantas, ya que almacena nutrientes y los va liberando de forma más lenta, permitiendo a la planta captarlos con facilidad, generando menos perdida de nutrientes al suelo y atmosfera, aumentando de esta manera en un 30% más el aprovechamiento de la fracción mineral y 4. La variedad de flora microbiana que contribuyen al aumento de carbono orgánico crucial para la salud y fertilidad de los suelos.

La implementación de este tipo de fertilización Organicomineral debe ir acompañado del asesoramiento de los profesionales que van implementado nuevas tecnologías en el diagnostico, de manera que marquen una ruta de trabajo para el productor que contribuyan a que los resultados sean más precisos, como lo son imágenes satelitales NDVI (índices de vegetación) bromatología digital, análisis mineral de la pradera, entre otros. Esto contribuyendo al mejoramiento de parámetros productivos dentro de las fincas, como lo es aforo Kg de MS, calidad bromatológica y productividad.

Por último, cabe resaltar que la implementación de estos procesos dentro de nuestra ganadería inicia con una contribución en la disminución del impacto de la producción lechera en la Huella de Carbono, término que ha cobrado gran importancia a nivel mundial y en nuestro país. A lo cual, realizando mejoramientos de nuestros suelos, aumento en el aporte de Carbono Orgánico, suministro de microbiología que aumentan la fijación de elementos minerales, manejo adecuado de fuentes hídricas entre otros, ayudara a que la contribución de la ganadería en gases de efecto invernadero sea menor y por tanto se logre un equilibrio entre la producción y el ecosistema.